La tradición conchera

De acuerdo a lo que nos contaron los generales y los capitánes de tradición, en 1531 como dice la alabanza peleaban los Españoles contra los grupos chichimecas del norte. Después de mucho batallar, ninguno de los dos bandos ganaba, pero tampoco se rendían. Entonces los jefes de ambos ejércitos conferenciaron para ver si podían llegar a algún acuerdo, pero nada los jefes chichimecas decían que se rendirían si los españoles y sus aliados indígenas les daban una prueba de su superioridad, de lo contrario la guerra seguiría. Pelearon entonces en la Loma de San Gremal, en las afueras de lo que hoy es la ciudad de Querétaro, donde está el barrio de la Santa Cruz y la iglesia del mismo nombre, también llamada la cruz de los milagros. El día 25 de julio del mismo año, cuando más cruenta era la batalla, como aeso del medio día, se vío en el cielo un resplandor y al poco se formó una enorme cruz en el firmamento, los españoles y sus alíados, así como los grupos chichimecas dejaron de pelear y señalando el cielo, dijeron Él es dios!, dando por terminada la batalla y sometiendose a lo que los conquistadores señalaran.
Desde entonces, los grupos de danza de tradición utilizamos la palabra él es dios!, como recuerdo de aquel suceso, pero también como una palabra sagrada para no dejar morir el recuerdo de quienes dieron su vida para conservar la danza.

Nuestra tradición

Ya hemos invocado a las ánimas conquistadoras, saludado a los rumbos y sahumado las cuatro esquinas del universo. La danza, meditación en movimiento, fortalece nuestra energía y tradición. Con un canto, una alabanza, abrimos nuestra espiral de luz para contactarnos con el sol, nuestro padre y centro del universo. La ofrenda de corazones es recibida por la venerable madre tierra y nos compaginamos al ritmo de su palpitar.Detendremos el tiempo un instante y contemplar los portentos que el dador de la vida nos ofrece, para caminar en compañia.
Dejemos al menos cantos, dejemos al menos flores.